El pasado fin de semana 11 al 12 de Febrero tuvo lugar la celebración del Campobosco donde los monitores y pre animadores del Centro Juvenil Amics, pudimos ser partícipes de estas jornadas donde podemos crecer a nivel introspectivo y en familia.
El sábado llegué al Campello tras una buena siesta en el viaje de ida, y me presentaron los participantes del Campobosco 2023, con un poco de animación (algunos de los bailes que disfrutamos durante el finde), música y acomodamiento (suerte que pudimos dormir en camas, otros centros durmieron en las clases).
Después conocí al que iba a ser mi grupo de reflexión en las actividades de la formación, que resultó ser un popurrí de gente fantástica con la que, tras hacer las presentaciones, entramos en dinámica con algunas charlas sobre nuestros papeles en los distintos centros juveniles.
Antes de comer volvimos con un poco de animación, y después nos repartimos por todo el colegio para almorzar. Después dio tiempo a descansar un rato y volver con los grupos; empezó el momento de los testimonios. Al terminar los testimonios de cada uno, nos volvimos a reunir por grupos para poner en común y reflexionar sobre lo que nos había contado cada persona. Después de la cena (en la que pudimos gozar de una hamburguesa riquísima) se organizaron unos juegos nocturnos para acabar el día, no sin antes de irnos a dormir, hacer un buenas noches por centros de origen y una pequeña despedida general.
El domingo, tras unos bailes durante la animación para empezar el día con energía, pude disfrutar del último momento de grupo. En él tuve la oportunidad de reflexionar sobre la figura de Don Bosco y como esta se refleja en mi día a día como animadora en el centro juvenil. Fue una manera perfecta de cerrar este fin de semana en el que pude compartir tanto con animadores de otros centros juveniles.
Después, viví uno de los momentos más especiales de todo el CampoBosco, la Eucaristía. Llena de música, alegría, unión, sonrisas y Fe. Fue una celebración preciosa a la que pusieron el broche final con una pequeña concha de madera como regalo. Sin duda, salí de la iglesia feliz y con la energía renovada para continuar con el resto del curso en Amics.
Finalmente, una vez terminó la última comida juntos, empezaron las despedidas y los deseos de un reencuentro no muy lejano. No podía ser de otra manera, y es que a lo largo de todo el fin de semana el ambiente había sido fantástico y entrañable. Lo único que puedo decir es que nos veremos en el CampoBosco 2024.
Escrito por Elisa Garrido y Rodrigo Cordero (animadores de Verona)
